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House of the Dragon, episodio

9: el ascenso del nuevo Rey

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Publicado: 17 de Octubre 2022

Tiempo de lectura: 4.5 minutos

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Aegon II Targaryen de House of the Dragon

Buenas noticias: el penúltimo episodio de House of the Dragon, recién estrenado en VTR+, cumplió con los giros inesperados a los que Juego de Tronos nos tenía acostumbrados. Traiciones, muertes, planes secretos y falsas estrategias políticas en pos de la prosperidad. ¡Nadie les cree, muchachos! Los Hightower van a hacer todo lo posible por quedarse con el trono, sin importar la sangre que se derrame. Matarán a los que sean necesarios para salvar esta compañía, como diría Waternoose III de Monster Inc.

Mientras tanto, en Dragonstone, todavía no hay noticias de la muerte del Rey Viserys. En efecto, ni Rhaenyra o Daemon hicieron una sola aparición a lo largo del episodio. ¡Los echamos de menos! 

Todo ocurrió a miles de kilómetros de distancia, en King’s Landing. La buena nueva es que la tía Rhaenys pudo escapar a bordo de su dragón y tomó rumbo hacia las tierras de Rhaenyra. Tal como Luis Fonsi, la heredera legítima al trono no se va a dar por vencida, y se espera que un ejército se arme rápidamente para apoyar su causa. ¿Uno de los posibles aliados? Los Stark. Señoras y señores, la Danza de Dragones está a punto de comenzar, y a continuación, te traemos todo el análisis de lo que fue el capítulo 9 de La Casa del Dragón.

Si te lo perdiste, te aconsejamos que leas nuestras reseñas del episodio 1×01, 1×02 y 1×03, 1×04, 1×05, 1×06 y 1×07 y 1×08 de House of the Dragon

El daño está hecho

El rey está muerto. Finalmente Viserys Targaryen se rindió ante su enfermedad, se puso el pijama de palo y pasó a un nuevo plano existencial donde lo espera su esposa muerta, dragones y vino por montones. Alicent, un poco ingenua, pero mucho más viva, es la cabeza del Consejo Verde, un grupo mucho menos espontáneo de lo que nos quieren hacer creer, conformado por el consejo real que quiere el trono de hierro para su bando. Excepto el bueno de Lord Beesbury (Bill Paterson), que declaró no estar de acuerdo con la reina, quien aseguró que antes de morir, Viserys le dijo que Aegon debe gobernar los 7 reinos.

Como ya ocurrió en Game of Thrones, alguien entendió mal una profecía y todo se pudrió. El Aegon al que hacía referencia Viserys era El Conquistador, y a quién pensaba que le estaba hablando era a su hija Rhaenyra, pero ese es el plot de la serie en otro universo alternativo. Aquí, Alicent Hightower escuchó y entendió lo que quiso, y así están las cosas en Poniente.

Beesbury se revela ante al consejo, gritando que se trata de traición, a lo que el pocas pulgas de Sir Criston Cole le responde partiéndole la crisma contra la mesa. Uno menos. Los demás, adelante con el plan. La cosa es que Alicent no quiere mandar a matar a Rhaenyra, ex amiga e hija de su esposo. Quizás son los recuerdos de la infancia, o el respeto que le tuvo siempre a Viserys. Lo cierto es que todavía el corazón de Alicent no es un témpano como el de otras reinas que pudimos ver anteriormente en Game of Thrones… sí, te hablamos a ti, Cersei Lannister, lunática.

Alicent Hightower despidiéndose de su esposo, el Rey Viserys, en House of the Dragon

Buscando a Wally, versión Targaryen

El plan está en marcha y para que surta efecto hay que llevarlo a cabo rápido. El problema es que para coronar a Aegon necesitan a Aegon. El hijo mayor de Alicent no está dentro de la Fortaleza Roja y nadie sabe si anda de parranda o qué. El Príncipe sabía que esto podía pasar, y nunca quiso asumir el rol de heredero al trono. Es más, si fuese por él, viviría en los barrios bajos, rodeado de lujuria, apuestas y perversiones.

Un grupo de búsqueda se viste de civil, entre ellos Aemond, y sale en búsqueda del príncipe, que podría estar en la Calle de la Seda, donde se ubican las mejores cariñosas. Todo parece indicar que los gustos del príncipe son mucho menos delicados de lo que su familia cree.

Durante la expedición, los hermanos y guardias reales Erryk y Arryk Cargyll descubren a un pequeño muchachito con la cabellera platinada. Erryk, que servía como guardia personal de Aegon, le comenta a su hermano que debe haber bastardos por todos lados. Por los cielos: sangre pura valyria mezclada con la muchedumbre. El resultado puede ser catastrófico para los planes de la realeza, lo cual a nosotros nos divierte sobremanera.

¿Una fiesta popular?

Jamás de los jamases. Pero esta vez al menos lo intentaron. A la realeza le importa poco y nada la prole. Pero para coronar a Aegon, los necesitaban. Así es como la guardia de King’s Landing lleva a todo el pueblo hacia Pozo Dragón. La gente se mira, no saben bien qué están haciendo allí. Hasta que Otto alza la voz: “el Rey ha muerto”, confirma de manera oficial. Y agrega: “su último deseo era que Aegon sea nombrado Rey”. Ok, otra vez con la historia distorsionada, pero como dijimos: es el universo que nos toca.

El pueblo duda en primera instancia, pero el vitoreo no se hace esperar. ¿Y qué van a hacer? En Westeros no se vive en democracia. Aegon II es coronado con la vieja corona de Aegon El Conquistador. Ahora sí se siente la euforia. Sin embargo, House of the Dragon quiere embeberse de la misma esencia que Game of Thrones. Y no hay finales felices, ni para los villanos ni para nadie.
Rhaenys hace una entrada todavía más triunfal que la de Aegon, a lomos de su dragón Meleys, rompiendo todo a su paso. La gente corre, apretando cachete despavoridamente. Es Rhaenys quien les hace frente al Consejo Verde, demostrando de qué bando se encuentra. Vuela lejos, vuela con destino Dragonstone, para comenzar a proyectar lo que será la segunda fuerza, los contendientes al Trono de Hierro. Se viene el último episodio de la primera temporada de La Casa del Dragón en VTR+, y queremos que tiren la casa por la ventana.